Tan sólo un año después del demoledor estreno de “El Despertar de la Fuerza”, Disney vuelve a la carga para dar la campanada estas Navidades con “Rogue One: A Star Wars Story”, primer spin-off (película que ocurre en el mismo universo pero que no sigue la historia de la trama principal) de la saga más famosa de la historia del cine.
“Rogue One” es una precuela que cuenta la historia de los rebeldes que consiguieron los planos de la Estrella de la Muerte, planos que acaban en las “manos” de R2-D2 en la película original. Sé que el término “precuela” pone los pelos de punta a cualquier fan de la saga y a mí, personalmente, no me vuelve loco la idea de que cada año se estrene una peli de “Star Wars” porque se puede perder la “magia” y el carácter de evento que acompaña a cada nuevo estreno, pero ésta es una historia con potencial, a pesar de que ya sabemos, a grandes rasgos, cómo acaba. Además, Disney lo está haciendo francamente bien con las otras sagas que lleva y hace un año consiguió hacerme disfrutar como un niño con el “Episodio VIII”, por lo que se merecen un voto de confianza.
Soy un gran fan de “La Guerra de las Galaxias”, crecí viendo las películas originales y antes de ir a ver ésta me he mantenido lejos de cualquier posible spoiler, a pesar de que tenía muchas preguntas: ¿empezará con las letras en la pantalla y la fanfarria de John Williams? ¿cuánto sale Darth Vader?… Como a mí me hubiera gustado como lector, aquí no hay ningún detalle de la historia, sólo un par de cosas sobre Darth Vader: tiene una escena sencillamente increíble y Constantino Romero, cómo se te echa de menos… La mejor voz que jamás se ha escuchado en una pantalla española.
La peli está hecha para los seguidores de “La Guerra de la Galaxias” y los últimos 30 minutos son apoteósicos. En este frenético y emocionante clímax, vemos luchar X-Wing, Tie Fighters, Destructores, los tanques de 4 patas de “El Imperio Contraataca”, los de 2 de “El Retorno del Jedi”, todo tipo de soldados imperiales… y es que para eso hemos pagado la entrada, ¿no?
Pero todo esto no serviría de nada si detrás no hubiera una buena historia con unos buenos personajes. Y “Rogue One” los tiene. Salvo un principio algo lento y algún bajón de ritmo ocasional, la peli se sigue con gran interés y los personajes de Felicity Jones y Diego Luna, sin llegar ser Han Solo y Leia, son dos héroes a los que merece acompañar y animar durante dos horas.
Puede que a algunos no les guste saber cómo va a acabar, a mí no me importa… todos sabemos, más o menos, el final de cualquier película sobre la II Guerra Mundial y es que muchas veces en el cine lo importante no es a qué desenlace va a llevarnos una película, si no el viaje en sí.
En definitiva “Rogue One” es una notable peli de guerra que encaja perfectamente en el universo galáctico y que conseguirá que los fans salgan con una gran sonrisa en la boca y los que no lo son, también disfrutarán de ella. Poco más se le puede pedir a “Rogue One”, desde ya, la mejor precuela de Star Wars y una buena presentación para el resto de spin-offs que están por venir; el siguiente llegará en 2018 en forma de peli sobre Han Solo de joven, pero sin Harrison Ford… a ver qué hacen… pero eso, ya es otra historia.
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